“El único modo de hacer un gran trabajo, es amar lo que haces”
Steve Jobs

Mi ejercicio profesional como farmacéutica desde mi propia farmacia ha sido muy satisfactorio.

He prestado servicio farmacéutico en un pueblo minero, en un pueblo ganadero, en una gran ciudad, en un pueblo en expansión, en una urbanización de la sierra y en primera línea de playa.

La experiencia me ha permitido conocer las diferentes versiones de vida y de farmacia posibles. En todas ellas he desarrollado facetas profesionales paralelas a la farmacia; como por ejemplo, laboratorio de análisis clínicos, formulación magistral, elaboración de productos de dermocosmética y trabajos de investigación.

Como farmacéutica comunitaria he asumido todos los retos que se presentaban, ofreciendo mis servicios en cada ocasión y en cada oportunidad, según la población y localidad.

En el año 2001, escuchando a la Dra. Mª José Faus y al Dr. Manuel Machuca, supe que su filosofía sobre el cuidado y la atención del farmacéutico dirigida al paciente era el camino que quería recorrer profesionalmente. Lo apliqué en todas y cada una de mis actuaciones, dando consejos y estudiando cada caso clínico y farmacológico de las personas que acudían a mi farmacia. Por ello, he podido presentar mis trabajos a los congresos de SEFAC sistemáticamente, como socia activa.
Mi formación y puesta en práctica de la metodología de Atención Farmacéutica me ha permitido dar clases en la UAH, conferencias y cursos a muchos jóvenes estudiantes y escribir numerosos artículos para colegas farmacéuticos. Los procesos de registro, dispensación activa, consejos, farmacovigilancia, seguimiento farmacoterapéutico y divulgación sanitaria han sido una constante en mi quehacer diario.
He impartido las primeras clases regladas sobre Introducción a la Atención Farmacéutica y sobre Campañas Sanitarias para alumnos de la asignatura troncal de Prácticas Tuteladas de la Facultad de Farmacia de la UAH; he tutelado a varios alumnos en sus primeros pasos en mi farmacia y les he enseñado a participar en congresos y a diseñar comunicaciones tipo póster.
Todo el aprendizaje que obtuve durante años lo plasmé en un libro: Manual de Prácticas Tuteladas en Farmacia. Creo que es el primero y el único en formato de libro.
He enviado una docena de notificaciones RAM (Tarjeta amarilla) al Centro Nacional de Farmacovigilancia.
He emprendido varios estudios de investigación y he almacenado un total de más de 600 registros de pacientes tiroideos, niños, embarazadas; campañas de tabaquismo, dietas de adelgazamiento y seguimiento de enfermos crónicos.
He dispuesto de mi propio laboratorio de análisis clínicos anejo a la farmacia, para evitar desplazamientos innecesarios a los pacientes de la zona y en perfecta comunicación con los médicos, para que pudieran evaluar los resultados de los parámetros clínicos en 24 horas. Durante muchos años, mi nombre ha estado en el cuadro de analistas de las sociedades médicas aseguradoras de Asisa, Adeslas y Sanitas.
He realizado numerosos registros que me han permitido hacer estudios estadísticos de interés para los médicos y alcaldes de cada localidad. Siempre he sabido cuántos niños había en el pueblo, cuántos diabéticos, cuántas mujeres embarazadas, cuantos anticoagulados, cuántos cardiacos, etc. y sus incidencias clínicas.
He tenido gran actividad formulista, con aceptación de médicos y pacientes, que ha permitido resolver problemas de posología de algunos fármacos no comercializados y resolver . También desarrollé mi faceta formulista en dermocosmética con elaboración de jabones, geles, cremas, linimentos, lociones y perfumes.
Durante más de 8 años, he sido farmacéutica titular interina, por lo que tuve que ocuparme de hacer controles de aceites en la época del fraude de la colza, de inspeccionar la potabilidad de las fuentes, piscinas, aguas, leche, y revisiones en tahonas, ultramarinos, etc.
Cuando he llegado a un pueblo lo primero que he hecho siempre es presentarme como farmacéutica al alcalde y corporación del Ayuntamiento. El segundo paso, fundamental, fue presentarme al médico (o a los médicos) y ofrecerles mi colaboración en todo; intercambiar teléfonos y medios directos de comunicación. Puedo decir que, en todo momento, mi relación con los médicos ha sido extraordinaria.
En el año 2011 firmé un convenio de colaboración con mi Ayuntamiento para subvencionar los sistemas de dosificación personalizada (SPD) de los enfermos crónicos  más vulnerables en Quer (Guadalajara). He sido la primera en lograrlo en España, lo conté a los cuatro vientos y me presté para que siguieran mis pasos todos los farmacéuticos que lo desearan.
Manuel Plasencia