¿Por qué madrugan las alondras?
Ellas no lo saben, pero la culpa la tiene la melatonina …
Las alondras, como muchas otras aves, madrugan inevitablemente porque su sistema biológico las impulsa a hacerlo; su instinto es sobrevivir y reproducirse.
Bueno, a primera hora de la mañana es más fácil cazar insectos que todavía están adormecidos.
Y su canto matinal tan atractivo para procrear resuena más y mejor a primeras horas.
Desde luego, a esas horas tempranas hay menos depredadores y menos competencia.
Pero ¡¡¡¡La clave del madrugón la tiene la MELATONINA!!!!
Ella, la melatonina, es quien establece los horarios de sueño y vigilia, con la complicidad de la luz o de la oscuridad que regula los ritmos circadianos.
Si, así de sencillo. En cuanto amanece, la luz del día y la luz artificial hacen que la síntesis de melatonina se reduzca considerablemente, provocando el despertar y las ganas de actividad de las alondras.
¡¡¡ Si no tienen un nivel de melatonina suficiente, se despiertan!!!
Por el contrario, en cuanto anochece y hay oscuridad, los niveles de melatonina se elevan y aparece la necesidad de dormir.
¡¡¡ Si te sube la melatonina, te duermes!!!
Hay personas con el llamado “cronotipo alondra” que reproducen el comportamiento de estas aves madrugadoras y viven conforme a los condicionantes de la luz del día.